Brasil 1950: El Maracanazo de Uruguay


En este post la memoria viaja sin escalas hacia Río de Janeiro, más precisamente al estadio Maracaná repleto que, según cuenta la leyenda, ese 16 de julio de 1950 albergaba casi 200 mil espectadores.
Brasil recibe a Uruguay y para ganar la Copa le alcanza con un empate. De todos modos, parece que el reparto de puntos es demasiado premio para la Celeste, teniendo en cuenta el buen fútbol que desplegó el local durante todo el torneo, con un "rompe-redes" con Ademir que se llevaría luego el Botín de oro.
Por eso, todo indicaba que en la foto del campeón los que quedarían estampados para siempre serían los once con casaca verdeamarelha: Paulo Barboza, Augusto, Juvenal Bauer, Danilo, Bigode, Friaça, Zizinho, Ademir, Jair y Chico.
En el otro camarín, los dirigentes se conformaban con evitar el papelón y no confiaban demasiado en que podría dar el batacazo la formación compuesta por Máspoli, Matías González, Tejera, Gambetta, Obdulio Varela, Andrade, Ghiggia, Julio Pérez, Oscar Miguez, Schiaffino y Ruben Morán. En ese sentido, quedarán para siempre en la memoria las respuestas de Shubber Gambetta ("los de afuera son de palo” ) y Obdulio Varela cuando le dijeron que si perdían por cuatro tantos estaban hechos ("Hechos un carajo, hechos solamente si ganamos").
El gol de Friaça a los 47' parecía decorar un resultado favorable para los brasileños, sin embargo el visitante no se dio por vencido y con gritos de Juan Schiaffino y Alcides Ghiggia lograron una de las mayores hazañas de la historia de la Copa del Mundo.
Para graficar lo duro que fue ese golpe para los locales queda el recuerdo (no feliz) de Barboza, a quien culparon por la derrota y no podía salir a la calle sin recibir agresiones del pueblo.
En cambio, los uruguayos pudieron demostrar dos cosas, que los de afuera son de palo y los de adentro son de fierro.

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